• Sordera aparente paradójica.Falta de respuesta a llamadas e indicaciones.
• No comparte “focos de atención” con la mirada.
• Tiende a no mirar a los ojos.
• No mira a los adultos vinculares para comprender situaciones que le interesan o extrañan.
• No mira lo que hacen las personas.
• No suele mirar a las personas.
• Se resiste a cambios de ropa, alimentación, itinerarios o situaciones.
• Se altera mucho en situaciones inesperadas o que no anticipa.
• Las novedades le disgustan. Atiende obsesivamente, una y otra vez, a las mismas películas de vídeo.
• Coge rabietas en situaciones de cambio.
• Carece de lenguaje o, si lo tiene, lo emplea de forma ecolálica o poco funcional.
• Resulta difícil “compartir acciones” con él.
• No señala con el dedo índice para compartir experiencias.
• No señala con el dedo índice para pedir.
• Frecuentemente “pasa por” las personas como si no estuvieran.
• Parece que no comprende o que comprende “selectivamente”, sólo lo que le interesa.
• Pide cosas, situaciones o acciones, llevando de la mano.
• No suele iniciar las interacciones con los adultos.
• Para comunicarse con él, hay que “saltar un muro”, es decir, ponerse frente a frente y producir gestos claros y directivos.
• Tiende a ignorar completamente a los niños de su edad.
• No “juega con” otros niños.
• No realiza juego de ficción: no representa con objetos o sin ellos situaciones, acciones, episodios, etc.
• No da la impresión de “complicidad interna” con las personas que lo rodean, aunque tenga afecto por ellas.
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